Santiago en mí

25

25Nunca he tenido un número especial. Aunque he pensado en eso varias veces a lo largo de mi vida. No por un motivo específico, sino por esos antojos de la imitación que de pequeños nos llevaban a plantearnos cuestiones de tanto peso como “cuál es mi número favorito”.

Pero sé que nunca he tenido uno.

A veces llegué a creer que era el 2. Pero luego me percataba que no era más que un aquejo que me acompañaba desde aquel segundo lugar logrado en un concurso nacional de Química. Luego, lo que de una inconformidad nacía, de ninguna forma podía ser especial.

Más tarde creí hallar extraños sentidos en número como el 19 o el 20. Eran los que durante casi toda mi vida estudiantil, me depararon un sitio en el registro de los profesores, merced de un apellido que parece estar siempre a mitad del listado.

Sin embargo, en los últimos tiempos un nuevo número se cruza insistente en mi camino.
El 25 de octubre debió ser un día feliz. En otras circunstancias, solo me hubiera preocupado planearle una sonrisa en el rostro de mi pareja, con motivo de un nuevo mes de noviazgo. Pero el 25 de octubre fue uno de los peores días de mi vida. Sandy arrasó Santiago de Cuba.

Desde entonces llevo vivo cada 25 en la piel. Ahora es un número que se hace mes, año, aniversario. Incluso si sacudido todavía en lo más profundo de mis calmas, se olvida una de las trascendencias, el 25 no pasa inadvertido.

El 25 de noviembre cumplí un primer año en común por primera vez en mi vida. Fue especial, pero también definió el primer mes de muchos otros que vendrán, en los que la incertidumbre se posa en la comisura de los labios, y la sonrisa queda a medio camino.

El próximo 25 de enero estaré imbuido en una de las experiencias que más expectativas han despertado en mi en mucho tiempo. También estaré lejos. Así, cuando en la noche repose la cabeza en otro de los tantos colchones sin almohadas, quizás pose la vista en un techo ajeno y piense en esa mujer que espera a 900 km de mí. Seguro pensaré en ese otro techo en el que nunca las estrellas se vieron con tanta claridad.

 

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3 pensamientos en “25

  1. Pingback: 1922-2016 | Santiago en mí

  2. An intlleigent point of view, well expressed! Thanks!

  3. That’s a shrewd answer to a tricky question

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