Santiago en mí

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Crónicas entre plumillas y acuarelas

Quienes lo conocen (y no fue difícil percatarnos que son muchos) aseguran que si algo lo caracteriza es su versatilidad. Graduado de Ingeniero en Automática en la extinta Unión Soviética, docente en la Universidad de Oriente durante más de treinta años, Pedro Milá sorprende no solo por su carácter afable que tantos amigos le ha ganado, también por el trazo firme, el talento que demuestra en plumillas, acuarelas, óleos que llevan su firma.

Precisamente por su arte, por esas piezas en las que la ciudad de Santiago de Cuba muchas veces es protagonista, Pedro Milá fue el invitado especial a las Crónicas de mi ciudaddel mes de julio.

No deja de asombrar el quehacer de Milá, el detallismo en sus obras, en las que es posible hallar un registro visual del Santiago decimonónico: la Catedral; el Club San Carlos; la otrora vivienda de una de las familias de alcurnia de la ciudad, donde hoy se erige el Centenario Hotel Casa Granda; y en medio de todo el escenario, sus habitantes, sus costumbres, su vida.

Pedro Milá

Las artes plásticas le vienen de familia, aun cuando, como en su caso, no pasaran de ser una afición.

Afición o no, siempre le han acompañado, incluso en aquellos tiempos en la Unión Soviética cuando, junto a un amigo yugoeslavo, tuvo que pintar durante días, un gran mural: «esa fue mi escuela», asegura. O en los tiempos del Grupo Santiago, en la Universidad de Oriente, de donde le llegan los recuerdos de exposiciones y obras, algunas aún hoy en oficinas y salones de la Casa de Altos Estudios santiaguera.

De su vida, de su arte, de su pasión por el pirograbado, de lo hecho y lo por hacer, conversó Giselle Lage, anfitriona de Crónicas, con Pedro Milá. Éste, con humildad, con sencillez, nos regaló su mundo, ese que lleva en el trazo firme y paciente de su mano, y lo convierte en arte.

Pero mucho más tuvo la más reciente edición de las Crónicas de mi ciudad. Hasta el patio de la Casa Natal del poeta José María Heredia llegó, una vez más, la gracia de Georgina Soler (como Milá, maestra) quien dedicó un hermoso homenaje a Nicolás Guillén, con el acompañamiento espontáneo y sorprendente de uno de los presentes en el público que, dejado llevar por el momento, mostró dotes histriónicas y musicales al improvisar un fondo de bongó, solo con la voz.

Otro que regresó a este encuentro fue el trovador Fernando Guerrero, fundador de la peña; quien ofreció tres temas de su autoría y, como en aquellos primeros meses del espacio, acompañó enotros a Giselle Lage.

Por último (y como dice la necesaria coletilla: no menos importante), destacar la presencia de los buenos amigos y colaboradores del Dúo Estocada (Carlos Javier y Julio), quienes tuvieron a su cargo una buena parte del momento musical de la tarde y cerraron con el tema Santiago, de la autoría de Carlos Javier; dedicado al 500 aniversario de la fundación de la otrora villa.

Otra tarde entre amigos, entre fieles que se vuelven imprescindibles cada segundo viernes de mes. Ahora un descanso estival durante el mes de agosto y el reencuentro queda planeado para el mes de septiembre y la celebración del segundo aniversario de Crónicas de mi ciudad.

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De puertas para afuera sí importa…cuando es arte

…Aunque ese arte nazca para durar lo que un merengue a la puerta de una escuela, o mejor, como el chocolate que sucumbe ante los dedos golosos de dos niños.

Por segundo año consecutivo la Galería Oriente se extiende hasta el cercano Parque Céspedes, y el arte se piensa y se hace en sus adoquines, bajo la múltiple complicidad del público, que hasta con la mirada hosca y el paso presuroso construye una nueva experiencia que al parecer, para bien, llegó para quedarse.

Arte efímero le llaman; qué raro que todavía hoy guarde en mí esas emociones que me transmitieron, al ser partícipe de esta tarde en Santiago de Cuba.

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Palabras de apertura a la muestra de arte efímero

Sobre el relente y la meteorología

   Ríos de tinta han corrido desde que a alguien se le ocurrió eliminar la brecha entre el arte y la vida. El arte se pensaba, y en cierto modo se sigue pensando, es patrimonio de instituciones cerradas, especies de sancta sanctorum contemplativos en los que queda terminantemente prohibido acercarse, no hablemos ya de tocar, a las obras de arte. Lo cierto es que éste, el arte, ha sido tradicionalmente encerrado en esos cotos para el disfrute de una minoría pudiente que lo admira como el último Ferrari salido al mercado o como la joya tallada por un afamado orfebre.

   Hoy, que celebramos la segunda edición del “De las puertas para afuera sí importa”, ponemos una vez más sobre el tapete la delicada cuestión de las fronteras entre el arte y la vida. Que existen fronteras es indudable, si no estas palabras serían ociosas, lo que está por ver cuán cerca puede estar uno del otro sin que surjan fricciones. La clave está, creemos, en cómo el primero se acerca al segundo e interactúa con él. Es perentorio que le haga comprender, el arte a su indispensable contraparte, que no obstante expresarse con códigos distintos casi siempre reflexionan sobre lo mismo que es, dicho sea en lenguaje llano, lo que está pasando en la calle.

   Que el ciudadano de a pie comprenda esto es importante: conocer otras maneras de expresarse que no sean por medio de las comodísimas cacolalias o las circunstanciales exclamaciones de disgusto lo llevará sin duda a otro nivel de interacción con la realidad cuyo alcance será insospechado por las instancias (y las estancias) a que llegará.

   Sirva entonces esta nueva edición del “De las puertas…”como contribución al diálogo siempre inestable entre el relente y la meteorología.

  Javier Cascaret

 Junio 20, 2013

“Deja el agua correr”, en la calle Heredia

deja el agua correr_arte naif_santiago de cuba

Una suerte de recorrido por escenas de la cotidianidad, imágenes de la vida urbana y de la zonas rurales, convierten la exposición “Deja el agua correr” en un viaje al interior de día a día del santiaguero, es un interesante ensayo testimonial que resulta muy placentero a la vista.

Esta muestra, inaugurada el 11 de mayo en la Casa Natal de José María Heredia, está compuesta por creaciones del artista naif Disney Puente Mejías, quien sin escapar de la estética de ese movimiento, trasciende e introduce matices más contemporáneos.

Esa individualidad e inconformidad que acompaña al Puentes, en esta ocasión se convierten en un carnaval de colores, con cromatismos brillantes que apoyan su intención de retratar su mundo (des)conocido, con un trasfondo fuerte de su tierra, las montañas, arboledas, la campiña, y otros referentes que contextualizan al artista y traslada al espectador.

A estos elementos que conforman un discurso visual atractivo, también se unen la mujer en el hogar que se ocupa de sus labores, el campesino que labra la tierra y los niños que corren felices.

Con esta exposición, Disney ratifica su capacidad de hacer crónicas visuales a partir de su entorno, y convertir escenas cotidianas en un arte ingenuo, no por su sentido, porque “Deja el agua correr” es una franca invitación a soñar y ser felices.

En 15 años de vida artística, Disney Puentes Mejías ha tenido una fructífera carrera. Muestra de ello son las exposiciones individuales, bipersonales y colectivas La casita de los lazos (2009), Costumbres (2008), Ayer y hoy (2006), Realidades (2004), Puentes de inocencia (2003), Salón Internacional de Arte Naif (2010) (2012), Muestra de pintura NAIF. Museo ARTNAIF (2004), entre otras.

Por su talento e incansable labor, ha merecido premios en Salón Municipal de Artes Plásticas Luis Carvajal, Primer Premio y Premio Colateral en el Primer Festival de Invierno de Artes Plásticas, en Facultad de Ciencias Médicas (2008) y Mención en el Concurso Rubén Martínez Villena, de la Central de Trabajadores de Cuba en Ciudad de la Habana, otros más.

Una sugerente mirada a la “Gente del Ocaso”

Joa (Oandris Tejeiro)

“Gente del Ocaso”, exposición personal del artista santiaguero de la plástica Oandris Tejeiro, más conocido como Joa, nuevamente acerca a los expectadores al tema de la marginalidad.

La muestra abrirá al público hoy jueves, a las cuatro de la tarde, en el Patio de Los Dos Abuelos, y contará con la curaduría de la Licenciada Bandaranaike Torres, especialista del Taller Cultural “Luis Díaz Oduardo”.

Componen la exposición 10 lienzos de mediano y pequeño formato, los que discursan sobre la temática de la discriminación, a través de códigos estéticos que hacen referencia a la libertad del individuo.

Es una colección de obras que convidan a la reflexión intuitiva, a partir de un diálogo entre la pintura y el espectador, una suerte de mirada a la representación de una posible realidad.

Joa es licenciado en la carrera de Estudios Socio-culturales de la Universidad de Oriente y ha participado en más de 10 muestras personales y colectivas realizadas en Cuba, Argentina y Colombia.

Sus piezas tienen  gran influencia del Caribe, de los símbolos de la cultura rastafari, y emplea pocos colores, pinceladas muy fuertes y chorros de pintura, recursos que le permiten reflejar emociones relacionadas con la situación de los afro descendientes.

Características de la raza negra: labios gruesos, nariz ancha y pelo rizo, inspiran sus creaciones, que profundiza en los fenómenos de marginación y racismo en Cuba y otros países.

El pasado mes de agosto, en el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, inauguró la colección Afrocultívate, la que estuvo dedicada a los 100 años de los sucesos del Movimiento de los Independientes de Color, en 1912, cuando la fuerza policial del presidente José Miguel Gómez asesinó a tres mil hombres.

AfroCultívate, expresión artística contra la marginalidad

Exposición AfroCultívate, dedicada a los 100 años de los sucesos del movimiento de los independientes de color

Santiago de Cuba, 13 ago. Características de la raza negra: labios gruesos, nariz ancha y pelo rizo, inspiran la exposición de la plástica AfroCultívate, un discurso que profundiza en los fenómenos de marginación y racismo.

Abierta al público hasta el próximo ocho de septiembre, en el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, la muestra está dedicada a los 100 años de los sucesos del Movimiento de los Independientes de Color, en 1912, cuando la fuerza policial del presidente José Miguel Gómez asesinó a tres mil hombres.

A través de 13 retratos realizados con la técnica de aceite sobre lienzo, el artista santiaguero Oandris Tejeiro (Joa) expresa los sentimientos de rechazo, negación y superioridad que persisten en algunos segmentos de la sociedad cubana actual, según expresó en exclusivas a la AIN.

Mi obra tiene una gran influencia del Caribe, de los símbolos de la cultura rastafari, empleo pocos colores, pinceladas muy fuertes y chorros de pintura, recursos que me permiten reflejar emociones relacionadas con la situación de la afrodescendencia, aseguró.

Abogo por que la mujer, fundamentalmente de la raza negra, tenga su valor no solo en la familia, sino también en el resto de la comunidad, partiendo del hecho de aceptarse ellas mismas, con sus características de origen africano, señaló el artista.

Resaltan en la exposición dos instalaciones realizadas con materiales recogidos en las calles, como forma de crear piezas alternativas a las que existen en la ciudad de Santiago de Cuba hechas fundamentalmente de bronce, mármol y otros materiales más convencionales.

Joa es licenciado en la carrera de Estudios Socio-culturales de la Universidad de Oriente y ha participado en más de 10 exposiciones personales y colectivas realizadas en Cuba, Argentina y Colombia.

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