Santiago en mí

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Como si fuera un estadio

El concierto ofrecido en el Complejo Cultural Heredia este jueves por Gerardo Alfonso, pudo haber sido el mejor concierto del 54 Festival de la Trova. Debió haber sido el mejor. Mereció serlo. Sin dudas, de parte de Gerardo y su grupo, lo fue.

Entrega total de los músicos, disfrute sobre el escenario durante las dos horas de concierto, en cada una de la veintena de canciones. Un recorrido por la discografía de Gerardo Alfonso, la de siempre, la por venir. Nuevas sonoridades, nuevos arreglos para temas imprescindibles. El trovador sigue en pie.

Lo repito, sin dudas un gran concierto; pero solo disfrutado por poco más de veinte personas. Lamentable pero cierto, Santiago falló un vez más.

Buscar culpables es inútil. Muchos fueron los cabos que no se ataron. Desde una programación que lo hizo coincidir (de manera increíble) con el concierto homenaje a René Urquijo, en la Sala Dolores, hasta una ineficiente promoción y gestión de venta de las entradas por parte del Heredia y los organizadores.

No es primera vez que siento sobre mí la vergüenza ajena de una ciudad que no se comporta a la altura de un acontecimiento determinado. Por suerte, no más comenzar la música se es capaz de poner rubores a un lado y disfrutar de uno de los grandes de la trova (música) cubana de todos los tiempos.

¿Alguna especie de exorcismo? No hay misterio en ello. La respuesta es simple y llegó como un baño de humildad de labios del propio Gerardo: me preparo para cantarle a uno como si fuera un estadio.

Solo eso. Esa noche Gerardo Alfonso cantó para mí. Y para cada uno de esos pocos santiagueros que fuimos todo un estadio.

Fue el mejor concierto del 54 Festival de la Trova Pepe Sánchez. Y muchos se lo perdieron.

Se aprestan las gargantas de los trovadores

Festival-Internacional-de-la-Trova-Pepe-Sánchez1El Festival de la Trova “Pepe Sánchez”, en su edición correspondiente a este 2016, abrirá sus puerta el próximo 16 de marzo y se extenderá hasta el 20 de marzo.

Según se ha dado a conocer, se dedicará en esta oportunidad a los 90 años de vida de Fidel Castro, y a la figura de René Urquijo Salazar, ícono y defensor por excelencia del género trovadoresco.

El Festival también rendirá homenaje al Centenario de Walfrido Guevara; a la obra musical de Silvio Rodríguez y sus 70 años de Vida; a los 70 años de Noel Nicola y de Eliades Ochoa; a Adriano Rodríguez, Santiago Feliú, Caridad Saborit, al Septeto de la Trova (por sus 40 años), Sexteto Sonarte (por sus diez años de labor); a los 30 años de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) y a los 15 años de la Agencia “Son de Cuba”, de la EGREM Santiago

Dentro del amplio programa que propone el Comité Organizador, encabezado por el trovador Eduardo Sosa, resaltan las siguientes actividades:

16 de marzo, 8:30 pm, Escalinata del Museo Emilio Bacardí: Gala Inaugural. La misma pretende abarcar todos los períodos por los que se ha desarrollado el género, desde la conocida vieja trova pasando por la nueva trova hasta llegar a la novísima, interpretada respectivamente por los que defienden este género en sus distintas etapas.

17 de marzo, 8:30 pm, Sala Dolores: Gala Especial “El Trovador de Siempre”. Dedicada a la obra musical de René Urquijo, defensor por excelencia del género trovadoresco y al que se está dedicando el evento.

19 de marzo, 8:30 pm, Sala Dolores: Gala por el día del Trovador. Gala concebida para rendir tributo a la obra musical de los que se homenajearán en el marco del festival.

19 de marzo, 6:00 pm a 10:00 pm, calle Heredia: Gran Trovada, en conmemoración del día del trovador, está organizada para el intercambio entre los participantes de otras provincias y artistas del patio.

20 de marzo, 8:30 pm, Parque Céspedes: Gala de Clausura

El Festival de la Trova “Pepe Sánchez” se desarrolla desde los primeros años de la década de los 60 y ha propiciado el encuentro de diferentes generaciones de las más auténticas expresiones de este quehacer artístico.

Siempre se hace coincidir con el 19 DE MARZO, DÍA DEL TROVADOR en Cuba, en conmemoración al natalicio de nuestro José “Pepe” Sánchez, padre de la canción trovadoresca.

Tomado del sitio web del Septeto de la Trova

 

¿Día de la cultura nacional?

Por estos días todo gira en torno a una fecha: 20 de octubre; Día de la Cultura Cubana. Jornada se le da en llamar a todo cuanto se hace bajo este signo. Y todo, es una larga programación de actividades, como las que a veces no hay en todo un mes; y se espera que en cada una el público rebose los espacios, como si de pronto una epifanía les convierta en amantes de la música clásica, del canto lírico, de la trova o de una obra de teatro.

Pero el cronograma no debe de fallar: ¿diez actividades?, pues diez actividades; ¿veinte?, pues que sean veinte. Qué importa que el guitarrista concertista comience su actuación agradeciendo al distinguido y exiguo público que ocupa apenas dos de las sillas dispuestas para el espectáculo; o que en el breve espacio de una cuadra, unos bafles a todo volumen molesten a los que asisten a una peña cultural adyacente, o filtren el sonido de tambores sobre los acordes de un grupo de jazz que ahora se inserta en la salsa.

Es la cultura nacional, y hay que celebrarla. Porque así mandan los planes de trabajo que piden desde arriba. Qué importa que las actividades no sean lo suficiente atractivas como para apartar a niños y jóvenes de sus móviles, tablets, de sus paquetes.

¿Qué es la cultura nacional? Cada vez el término me suena más a artesanía, a feria para turistas; a pasado relegado. ¿Suena pesimista? Será porque el sábado en la noche me enfrenté a 23 y M y tuve que soportar la oda al mal gusto que fue la presencia de los cantantes de la Charanga Habanera; como sacados de un molde, no sólo físico, sino mental, que tristemente se repite día a día en nuestras calles, en nuestros medios. ¿Esa es nuestra cultura?, ¿lo es la celebración de Halloween?, ¿lo son las piyamadas?

Martí dijo, Patria es humanidad. La Patria delante, antes que todo. Pero hoy parece invertirse la fórmula, la Humanidad es la Patria. La patria, lo nacional, lo cubano, de último. Mientras más foráneo, mejor. No importa. Ya se encargarán los planes, los cronogramas, de recordarnos cada año que hay una semana para celebrar eso que llaman cultura nacional. Hasta un día

José Aquiles y su pasión por Santiago de Cuba | Tomado de CMKC

José Aquiles Vierelles y la Peña del Menú

José Aquiles Virelles y la Peña del Menú

José Aquiles Vireyes ha colocado en el mercado internacional su nuevo disco al calor de las celebraciones por el medio milenio de su ciudad Santiago de Cuba, por eso y más, hoy la CMKC se complace en proponerle esta entrevista con el muy laureado compositor y trovador, devenido en un magnífico promotor cultural y comunicador a través de su tradicional y muy concurrida La Peña del Menú, con sede en el Centro Cultural Francisco Prat Puig de esta urbe oriental. ¿Por qué un hombre decide aferrase a la guitarra y a los versos? ¿Por qué se queda en Santiago de Cuba, lejos de esa Habana abarcadora y que seduce? ¿ Por qué si eso puede dejarlo fuera del círculo en el que se inscriben los que ganan la «gloria»?

Habrá que preguntarle a José Aquiles, ese trovador intenso y profundo y otra vez trovador, que ha llenado las noches y las mañanas y todas las horas de Santiago con sus canciones. Un hombre fiel a su música y a su tiempo, que aun cuando está lejos de su ciudad no deja de regalarle sus mejores melodías.

Leer más: José Aquiles y su pasión por Santiago de Cuba.

Al final la trova se impuso

Finalmente parece que todos los astros se alinearon, astros con nombre de mujer y categoría de esposa, para que yo pudiera ir a algunos de los principales conciertos que deparó la 53 edición del Festival Internacional de la Trova Pepe Sánchez, en su segunda mitad.

Más allá de un agotamiento que no me dejaba siquiera abrir la boca para (mal)cantar las canciones de mi preferencia, fueron dos días, viernes y sábado, donde mis pies memorizaron cuántos metros separan mi casa de la Sala Dolores y esta del Iris Jazz Club.

Primero fue el (muy perseguido por muchos) concierto del trovador Luis Barbería y dos de las integrantes de las extraordinarias chicas de Sexto Sentido. Concierto que, entre mis conocidos, provocó reacciones disímiles, me impresionó sobre todo por el exquisito trabajo con las voces entre Barbería y las muchachas. Es un complemento perfecto entre el amplísimo espectro vocal de un hombre que se mueve por las zonas más graves con una facilidad de espanto (y parece guardar en su garganta —diafragma, estómago o donde sea— su propio arsenal de percusión) y las ya acostumbradas, aunque no por eso menos impresionantes, dotes vocales de las de Sexto Sentido, que hacen ver el arte de interpretar una canción como algo muy sencillo.

Resaltar del concierto el aparte con Eduardo Sosa y con Raúl Torres. ¡Sencillamente sublime!

La noche de ese viernes marcó mi reencuentro con el autor de temas ya emblemáticos en la cancionística cubana como Se fue y Candil de nieve. Raúl Torres se presentó con un formato acústico (guitarra, cajón y algunas misceláneas) en el escenario del Iris Jazz Club. Se hizo acompañar también de Adrián Berazaín quien no dudó en regalar dos de sus temas.

Una vez más Raúl no me decepcionó; si bien los arreglos de voces para este formato, realizados a algunas de las canciones de su repertorio, no fueron de mi total agrado. ¡Pero qué se yo de música!

Con toda la informalidad que brindaba la noche y el espacio, interpretó varios de sus temas más recientes, mientras reservaba algunos otros para el concierto que daría el domingo. No pudo, sin embargo, negarse a la petición del público de cantar sus imprescindibles.

El sábado guardaba uno de los más esperados regalos de este festival (aún no estoy claro si formaba o no parte del mismo, o fue simple coincidencia): la presentación de la soprano norteamericana Bárbara Hendricks.

Una Sala Dolores abarrotada acogió a la Hendricks quien ofreció un variado programa en compañía de la Orquesta Sinfónica de Oriente, integrantes de algunos de los coros de la ciudad (Orfeón Santiago, Madrigalista y tal vez otro) y dos músicos suecos (ruego me disculpen no recordar los nombres): un saxofonista y un guitarrista.

De lo lírico al jazz, hasta el cierre con Pata Pata de Miriam Makeba, Hendricks dio muestras sobradas de su talento y profesionalidad.

Si algo habría que señalar al concierto es la actuación del coro que, a ratos, lució tímido, desconcertado, tenso; y solo muy tarde ya en el cierre del concierto, pareció soltar amarras.

El complemento de la noche del sábado fue, una vez más, el Iris Jazz Club, esta vez con la actuación de Adriana Aseff y su grupo Boomerang, a quienes hacía mucho ya que no escuchaba. En esta ocasión, de regreso a un escenario que habían hecho habitual hace unos años, mostraron parte del trabajo que estará recogido en un disco. Finalmente invitaron a Luis Barbería y las chicas de Sexto Sentido, el promocionado “plato fuerte” de la noche.

Mucho más tuvo todavía el Festival de la Trova, clausurado este domingo en el populoso parque Céspedes. Sobre su realización, éxito o no, poco puedo decir desde la periferia. Algo sí me queda claro (y lo repito), ojalá siga cada año, adueñándose de los espacios que por derecho propio le pertenecen.

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