Jonrones en el Prat Puig
Como muchos santiagueros (cubanos) crecí con sus jonrones. Grité con mil gargantas en el Guillermón, coros que clamaban por una ventaja, o por seguir la fiesta de batazos. Aprendí a admirarlo desde la distancia, desde el sinfín de alegrías que me regalaba con tanta humildad; por esa imagen de hombre serio, de pocas palabras y hasta retraído. Orestes Kindelán Olivares es parte de mi imaginario de niño, de joven, de amante del beisbol como suceso cultural en Cuba.
Pero detrás del pelotero hay otro mundo. Un hombre que sorprende por su sencillez, por la profundidad de sus principios, expuestos con la misma contundencia de esos batazos que lo encumbraron hasta la historia del béisbol de todos los tiempos.
Este sábado 7 de junio, Kindelán fue protagonista una vez más. Ya no en el diamante del Guillermón Moncada (aunque por momentos el ambiente fue el mismo) sino en el patio del Centro Cultural Francisco Prat Puig, como invitado especial a la Peña del Menú, del trovador José Aquiles; quien se convirtió así en el pitcher de turno, con la difícil labor de lanzarle (preguntas) al mayor jonronero de la pelota nacional.
Nunca vi a un pitcher tan orgulloso de recibir jonrones.
Eso fueron las respuestas de Kindelán que, estoy seguro, sorprendió a mucho por su locuacidad, por la jocosidad de sus comentarios, por la soltura con que sorteó los temas tratados. No se habló de pelota (tal fue el compromiso de los organizadores de la peña para con el cuarto bate de los equipos Cuba), aunque todas las preguntas cayeron en esa zona de duda, donde solo un grande como Kindelán puede hacer un swing de jonrón.
Se le escucharon anécdotas, análisis, sentencias. Emocionado se le vio hablar de Fidel, de Chávez, de aquel juego tremendo entre los dos comandantes y donde él, y otras glorias del beisbol cubano fueron cómplices de las ocurrencias del líder cubano.
Y cantó; porque es amante de la buena música y cuando canta Oscar de León, Kindelán se vuelve otro, y toma las maracas de uno de los integrantes de Ecos del Tivolí, y parece uno más del sexteto. El público reaccionó y, como nunca antes había visto en el Menú, se pararon y aplaudieron y corearon y bailaron y Kinde, camina eso, como en el Guillermón.
Kindelán es Santiago, porque es como su gente, sencillo, humilde. El público del Menú agradeció con aplausos, con el ir y venir por una foto, con el reconocimiento otorgado por instituciones y los organizadores del Menú (incluido un tema original de Aquiles, dedicado a Kindelán) a ese grande del deporte cubano
De mi parte, fue el encuentro con un ídolo, con ese hombre al que en el patio de mi casa yo traía en mis juegos de niño, y yo era Kindelán y bateaba por sobre un tejado que entonces me parecía tan lejos.
Ahora queda una foto que deberé buscar en cámara ajena (nunca lamenté tanto olvidar llevar una cámara) y una pequeña tarjeta donde el Tambor Mayor tuvo la deferencia de un regalo:
Para Noel:
De su amigo,
O. Kindelán
Cuatro años de Menú
Es cierto, Kindelán se robó el show de la más recién te edición del Menú, pero todos lo agradecen. Fue ese el mejor regalo que pudieron hacerse los organizadores de la Peña, en la edición que celebró los cuatro años de este espacio, (me atrevo a asegurar) el más gustado del acontecer cultural santiaguero.
Sin embargo en el Menú hubo otros exquisitos platos. Aquiles dedicó la peña a los santiagueros nominados y galardonados en el Festival del disco cubano, Cubadisco 2014. Entre los invitados estuvieron el sexteto Ecos del Tivolí (música tradicional), el escritor Reinaldo Cedeño (premio de notas discográficas por el disco del Sexteto Ecos del Tivolí), el tresero René Avich (quien no pudo estar presente, pero envío una muestra del material premiado), entre otros homenajeados.
También se escuchó la voz de la trovadora Gladys del Monte; las ocurrencias de Reynaldo García Blanco, y la música de Aquiles, con su obra y parte del repertorio antológico de la trova cubana. (Ah!, claro, también tuve la suerte de haber sido invitado a leer la carta que ganara una de las Menciones del Concurso Internacional de Cartas de Amor, celebrado este año 2014, en Santi Spíritus)
Fue histórica esta edición del Menú. Así lo dijo Aquiles, pero así también lo sentimos los que cada primer sábado del mes nos reunimos en el Prat Puig. De tanto y bueno que ha pasado por este espacio, lo sucedido este 7 de junio, marca un hito.